Desde los primeros días de la informática hasta la actualidad, los centros de cómputo han experimentado una transformación sin precedentes, marcando hitos significativos en la evolución de la tecnología y la sociedad. Estos centros han pasado de ser simples salas con mainframes voluminosos, que funcionaban con datos que se cargaban con tarjetas perforadas, a complejas infraestructuras tecnológicas, independientes de la geografía e incluso del espacio por la virtualización de la Nube, con datos que llegan en forma autónoma desde distintos puntos, dando lugar a la inteligencia artificial. Esta infraestructura sustenta la economía digital global. En esta evolución, un factor crítico para el funcionamiento eficiente y confiable de los centros de cómputo está ganando relevancia: la calidad de la energía.
Los primeros centros de cómputo, en las décadas de 1950 y 1960. En aquel entonces, la calidad de la energía no era una preocupación principal; simplemente se asumía que la electricidad proveniente de la red pública era suficientemente confiable para alimentar estos sistemas. Sin embargo, a medida que la informática evolucionaba y se introducían sistemas más avanzados, la importancia de la calidad de energía se volvía cada vez más evidente.
Desde Comunitel SA hemos visto que en el último tiempo la electrónica de potencia y la proliferación de cargas no lineales en las redes eléctricas hizo que la calidad de energía se vuelva un aspecto crítico para el funcionamiento de los centros de cómputo. Las fluctuaciones de voltaje, los armónicos, las sobretensiones y otros problemas pueden afectar negativamente el rendimiento de los equipos informáticos, causando desde errores de funcionamiento hasta daños irreparables en el hardware. No ha cambiado la energía, ha cambiado la carga, y esto impacta en las perturbaciones sobre la energía.
En respuesta a estos desafíos, los ingenieros de centros de datos han implementado una serie de medidas para mejorar la calidad en sus instalaciones. UPS y Grupos electrógenos de respaldo han sido considerados como los recursos más importantes, y a veces los únicos, para tener respuesta a esta demanda, sin embargo, no es suficiente y los problemas siguen existiendo, ahora con más equipos que se dañan por los problemas de mala calidad.
A partir de esto se ha adoptado el concepto de pirámide de Energía con distintas capas, siendo la primera de ellas el cableado y puesta a tierra, en un segundo nivel las sobretensiones transitorias, y luego el resto de los factores que afectan a la calidad por su impacto y relevancia. Para cada nivel se tiene un conjunto de soluciones, cada solución es específica a un determinado problema, y la calidad se obtiene de combinar estas soluciones. Estas medidas no solo ayudan a proteger los equipos informáticos de problemas de calidad de energía, sino que también garantizan una disponibilidad continua de energía en caso de fallas en la red eléctrica.
Otros servicios usuarios de energía y hacen a su disponibilidad son: IT (routers, switches,etc.), Iluminación LED, Refrigeración, Sistema contra incendios, Control de accesos y CCTV. Todos ellos también necesitan una buena calidad de energía.
Uno de los factores menos comprendidos son las Sobretensiones Transitorias, que típicamente se asocian a los fenómenos atmosféricos y a maniobras de las empresas distribuidoras, pero que no se tiene en cuenta que dentro de la misma instalación del cliente se producen conmutaciones y microcortes que generan pequeñas sobretensiones, por la sola aplicación de la Ley de Faraday – Lenz. Estas Sobretensiones son responsables de daños físicos por acumulación a lo largo del tiempo, provocando un desgaste prematuro de los elementos más sensibles, la electrónica, y en algunos casos producen confusiones de software por efectos de los falsos cruces por cero que se producen en los picos de sobretensión.
Amparados en el estándar ANS/IEEE C62.41, donde se trata específicamente las Sobretensiones Transitorias, SineTamer® ha diseñado el protector más eficiente del mercado considerando tres criterios fundamentales: poseen la menor tensión residual, evitando cualquier tipo de daño en el equipo protegido ante una Sobretensión, la mayor velocidad de actuación de manera tal que en un nanosegundo el supresor haya actuado y, un tema poco tenido en cuenta, evitar los “falsos cruces por cero”, y finalmente el tercer criterio la mayor cantidad de modos de protección, generando más caminos para disipar la mayor cantidad de energía.
Todo esto se logra gracias a su tecnología de “Seguimiento de Onda Senoidal”, en lugar de la tradicional protección por umbrales, de uso ordinario desde hace años.
En algunos centros de cómputos que no están protegido por SineTamer® se producen la rotura de fuentes de servidores, o de otros elementos electrónicos de la arquitectura de un centro de cómputos sin una explicación que pueda conectar causas con efectos. Las soluciones a estos problemas son: reparaciones, cuando sea posible (cada vez menos), y reemplazo (cada vez más), con el consiguiente aumento de los costos de operación, costos que podrían haberse evitado si se dispone de la adecuada protección.
Además, la eficiencia energética se ha convertido en una prioridad para muchos centros de datos, no solo por razones económicas, sino también por consideraciones ambientales. La reducción del consumo de energía no solo baja los costos operativos, sino que también contribuye a la sostenibilidad y reduce la huella de carbono de las instalaciones.
En la economía digital actual básicamente liderada por Información en la Nube, Edge Computing, Inteligencia Artificial, 5G junto con IoT, etc., donde la dependencia de la tecnología es cada vez mayor, la Calidad de Energía se ha vuelto más relevante que nunca para el funcionamiento eficiente y confiable de los centros de cómputo.
Con el fin de garantizar una buena Calidad de Energía eléctrica, en Comunitel SA nos hemos enfocado en el concepto de protección de los activos críticos de nuestros clientes de manera de contribuir a garantizar su competitividad y éxito de sus negocios en un entorno cada vez más complejo y desafiante.